La inscripción "para niños" en una botella de champú no suele ser una estrategia de marketing más, ya que los champús para niños en realidad son diferentes de los destinados a adultos.
El cabello de los adultos se ensucia mucho más rápido que el de los niños.
La explicación es que los bebés tienen la piel mucho más fina y producen menos sebo.
Por este motivo, no se pueden utilizar jabones y champús para adultos para bebés, que en su mayoría son demasiado agresivos, provocan sequedad en la piel y provocan irritación y picor.
Asegúrate de que el champú no contenga sulfatos. Son tensioactivos “responsables” de la descomposición de las grasas y de la creación de espuma de jabón. Otra característica desagradable es que los sulfatos pican los ojos.
Otra prohibición en los champús para niños se aplica a los parabenos, es decir, los conservantes. Son necesarios para evitar que las bacterias se multipliquen en los frascos con su contenido de jabón. En los niños, estos aditivos pueden provocar alergias.
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