La dificultad para expresar tus sentimientos y emociones es una barrera. Sucede que los padres no pueden abrir su corazón a sus hijos, pero también sucede al revés: los niños quedan aislados.
Superar esta barrera no será difícil si tienes ganas.
Los científicos han descubierto qué tres frases sencillas y comunes ayudarán a eliminar la barrera invisible entre hijos y padres.
Investigadores de la Universidad de Harvard trabajaron en el problema. Así pudimos identificar tres frases principales que los padres deben recordar.
Al mismo tiempo, no es necesario etiquetar, porque las emociones buenas y malas simplemente no existen.
Hay un malentendido, una incapacidad para explicar o describir con palabras, lo que lleva a caprichos, histeria y malentendidos.
Los padres deben entender esto primero que nada.
No es necesario que ocultes tu tensión interior a tus hijos. No esperes a que toda la negatividad acumulada se derrame sobre la primera persona que conozcas.
Si se mantiene la calma todo el tiempo (o la apariencia de ello), los niños adoptarán una actitud equivocada hacia las capacidades de sus padres.
Lo peor es que ellos mismos empezarán a ocultar sus sentimientos y emociones. Esto no sucederá si padres e hijos pueden contarse mutuamente cosas dolorosas.
El principal error es utilizar frases como “no es gran cosa”, “todo saldrá bien”, “hay que esperar”, etc.
Sería correcto explicarles a los niños que deben poder reaccionar correctamente ante cada situación, incluso si la situación está fuera de control.
Es imposible aprender esto de inmediato, pero simplemente no existe otra forma de afrontar las emociones negativas.
Anteriormente te contamos qué hacer con un niño que anda por casa y no sabe a qué jugar.