El verano es la época en la que los niños pasan mucho tiempo al aire libre, jugando y disfrutando del clima cálido.
La tarea de los padres es elegir el calzado adecuado para su hijo para evitar problemas de salud y hacer que caminar sea agradable.
Debe ser ligero y tener una suela flexible estriada que no sea capaz de alterar el mecanismo natural de caminar.
Evite las sandalias y las sandalias con suela dura: tienen peor absorción de impactos, lo cual es muy importante para el calzado de los niños, ya que permite evitar esguinces, contusiones y dislocaciones al caminar y correr.
Al comprar, debe examinar cuidadosamente la punta del par elegido; asegúrese de que el modelo no le apriete los dedos ni en ancho ni en volumen.
La puntera abierta es la clave para una buena ventilación, pero para los bebés que caminan de forma inestable, así como para los niños activos, es mejor llevar zapatos con la puntera cerrada para que no se lastimen los dedos.
Además de sandalias y sandalias, el guardarropa de verano de un niño debe incluir zapatillas o zapatillas de deporte hechas de tela ligera y transpirable.
Por último, no olvide comprar botas de goma (no existen requisitos especiales para ellas) y chanclas; para niños menores de siete años, compre unas con cierre en el talón.
Anteriormente te contamos cómo no criar a tu hijo .