Todo padre quiere que su hijo sea obediente.
Pero a veces los niños son caprichosos y obstinados.
¿Cómo deberían actuar mamá y papá en tal situación? La regla principal es mantener la calma.
Hablarle a un niño desobediente de forma clara, concisa y sin levantar la voz.
No tiene sentido gritar. A veces tiene sentido incluso empezar a hablar un poco más bajo: este truco psicológico suele funcionar.
Los niños escuchan a los padres que demuestran confianza en sí mismos.
Pero no debes utilizar los métodos que se enumeran a continuación. Sólo empeoran la situación.
¿Su hijo no escucha cuando usted habla en voz baja y con calma? No empieces a gritar: ¡definitivamente no ayudará!
Generalmente, el aumento de voz de los padres hace que los niños se comporten aún peor.
A muchas madres les gusta decir esto: “¿Quieres que me enoje?” o “¡Volverás a romperlo todo!”
Acusaciones así no tranquilizan a los niños. Los niños que sienten una injusticia sólo se irritan más.
Nunca le digas a tu hijo o hija lo siguiente: “Si te portas mal, dejaré de quererte”.
Este tipo de “jugar con el miedo” puede empeorar gravemente la relación entre padres e hijos.
Anteriormente enumeramos frases peligrosas de los abuelos .