A los padres a veces les atormenta la duda de si vale la pena animar a sus hijos a estudiar con dinero de bolsillo.
Por un lado, si ayuda a resolver el problema del rendimiento académico, ¿por qué no? Pero, por otro lado, incluso un mecanismo bien engrasado falla un día.
Entonces, ¿vale la pena pagarle a su hijo para que estudie bien?
1. El niño tiene una serie de responsabilidades que debe cumplir de forma independiente. Es mejor no dar dinero por esto.
Pero otras tareas y responsabilidades (las llamadas horas extras) en la casa o en la dacha quedan a discreción de los padres.
2. Ésta es la forma más rápida de negociar con cualquier persona y sobre cualquier tema: dar dinero. No hay nada que ocultar: el dinero motiva, organiza y puede ayudarte a alcanzar tus objetivos.
3. Otro punto importante es que el dinero disciplina, ya que se pueden establecer reglas que prevean tanto la recompensa como la multa.
Pero vale la pena escuchar estos consejos.
En primer lugar, en lugar de tener relaciones sanas y cumplir con sus responsabilidades, la familia se convierte en una institución con relaciones de mercado. Con tal éxito, los niños pueden empezar a negociar.
Es decir, con un enfoque poco saludable, los niños pueden olvidar la palabra “deber”.
En segundo lugar, no olvides que un día a un niño el dinero que le pagan en casa le parecerán migajas.
En tercer lugar, lo peor es que puede suceder que, aparte del apoyo económico, el niño no tenga ningún otro interés.
No intentará adquirir conocimientos, no cuidará de mascotas, no ayudará a sus padres simplemente por sentido del deber.
Anteriormente te contamos lo que necesitas tener tiempo para explicarle a un niño menor de 10 años.