A veces los niños exigen de sus padres lo que, francamente, no merecen. En lugar de discusiones, los niños utilizan lágrimas y caprichos.
Sólo un padre experimentado y talentoso puede ponerse de acuerdo en algo con un niño caprichoso. Pero esto es sólo a primera vista.
Los expertos nombraron varias técnicas astutas que ayudarán a "silenciar" el conflicto y llegar a un acuerdo sin lágrimas ni histeria.
Debe haber una atmósfera en la familia en la que los cónyuges y otros miembros de la familia asuman sus promesas y sus responsabilidades de manera sagrada.
Esto ayudará a desarrollar un comportamiento similar en el niño, e incluso en el caso de un capricho, encontrar un enfoque no será tan difícil.
En lugar de tomar un cinturón y cambiar el timbre de su voz con amenazas manifiestas, trate las lágrimas de su hijo con comprensión.
Si un niño siente que sus padres se preocupan por su problema, se calmará más rápido y será más fácil llegar a un acuerdo para una solución mutuamente beneficiosa.
Siempre debería haber una opción. Pero no se trata necesariamente de elegir entre palos y zanahorias. Si el niño no quiere comer papilla, ofrézcale cocinar algo solo.
Lo mismo ocurre con la ropa: ofrézcase a elegir un atuendo usted mismo. Pero no pierdas el control, aconseja, sugiere.
Las consecuencias también pueden ser diferentes. No hay por qué temer que si el niño no obedece, se verá privado de todos los placeres.
Ayude a su hijo a ser responsable. Por ejemplo, hasta que no guarde sus juguetes, no podrá ver dibujos animados, etc.
Y al final, no olvides elogiar y recordar que todos los niños son individuales y debes encontrar tu propia clave para cada uno.
Anteriormente te contamos a qué conduce la estricta disciplina en la familia .