Por supuesto, un niño necesita un tutor cuando tiene dificultades en determinadas materias, ya sean matemáticas o inglés.
Pero esta no es la única razón para trabajar con un tutor. A continuación enumeramos 5 situaciones más en las que un niño necesita ayuda profesional.
De acuerdo, si un niño tiene problemas de concentración y atención, probablemente se quedará atrás en el plan de estudios de la escuela, por lo que se necesita un tutor que le ayude a ponerse al día con el material no aprendido. Las dificultades de atención deben derivarse a un neuropsicólogo.
Para que su hijo tenga confianza en sus conocimientos y pueda afrontar fácilmente los exámenes, vale la pena visitar a un tutor que desarrollará un plan de aprendizaje individual con énfasis en las pruebas.
Un tutor no siempre trabaja para llenar vacíos en áreas específicas de conocimiento; también trabaja para desarrollar habilidades generales de aprendizaje, como gestión del tiempo, planificación, recordar información, etc.
Si un niño se ha trasladado a otra escuela o clase, o incluso si permanece en el mismo equipo, pero ahora está estudiando en un nuevo programa, el enfoque individualizado del tutor facilitará la adaptación y ayudará al alumno a ganar confianza en sí mismo.
Si un niño comienza a quedarse atrás de sus compañeros debido a que por una razón u otra no asistió a clases, vale la pena contactar a un tutor, cuyo enfoque individual ayuda a llenar los vacíos de conocimiento y ponerse al día con lo que se perdió.
Anteriormente te contamos qué hacer si tu hijo se porta travieso.