Muchos padres se horrorizan al ver que sus hijos se vuelven adictos a un dispositivo móvil.
Algunos niños y niñas “se sientan” en el aparato durante horas. Les resulta muy difícil dejar de pensar en su teléfono inteligente.
En tal situación, las mamás y los papás comienzan a actuar.
Y así es: el problema no se puede ignorar. Pero tampoco deberías ir demasiado lejos.
Algunos padres les quitan el teléfono a sus hijos. Esto es un error.
El hecho es que es poco probable que una prohibición total del uso de un dispositivo móvil ayude al niño a dejar de usar el dispositivo.
Tan pronto como el niño tenga la oportunidad, inmediatamente cogerá algún otro smartphone para empezar a jugar y navegar por Internet durante horas.
En otras palabras, no habrá ningún efecto positivo. Pero el efecto negativo definitivamente se hará sentir.
Si le quitas un aparato a tu hijo o hija, puedes arruinar la relación con tu propio hijo: el bebé se sentirá muy ofendido y enojado.
Como podemos ver, la “confiscación” de un dispositivo y la prohibición total del uso de un teléfono inteligente no dan resultados.
Pero ¿qué deben hacer los padres? La respuesta es simple: no es necesario quitarle el teléfono inteligente al niño, pero sí limitar la duración de uso del dispositivo.
Dígale a su hijo lo siguiente: “Ahora usarás tu teléfono móvil sólo una hora al día. Puede ser más largo, pero a expensas de los días siguientes”.
Lo bueno de este método es que no da lugar a peleas y no priva al niño de la oportunidad de disfrutar de sus juegos móviles favoritos. Al mismo tiempo, el bebé comienza a seguir el tiempo, y esta es una habilidad importante.
Anteriormente te contamos qué hacer si tu hijo se porta mal.