En algunos casos, castigar a los niños es aceptable.
Pero los padres deben seguir varias reglas.
En primer lugar, bajo ninguna circunstancia debes utilizar la fuerza física.
En segundo lugar, el niño debe comprender exactamente por qué lo castigan. No debería tener un sentimiento de injusticia.
En tercer lugar, hay situaciones en las que debería abandonarse por completo el castigo. Incluso si el niño se porta muy mal.
¿De qué tipo de situaciones estamos hablando?
Un niño enfermo no puede ser castigado. Las medidas tomadas sólo pueden empeorar la condición del niño.
Si está claro que el mal comportamiento del niño está asociado con una situación estresante que experimentó recientemente, entonces se debe abandonar el castigo.
En tales circunstancias, el niño, por el contrario, necesita el apoyo de sus padres.
En este caso, no estamos hablando de la necesidad de rechazar el castigo, sino de la necesidad de que mamá y papá se calmen.
La decisión de castigar a un niño sólo la pueden tomar mamá y papá. Los padres bajo ninguna circunstancia deben guiarse por las opiniones de otras personas.
Trate de ignorar las siguientes frases: "¡Qué niño tan mimado!", "¡Hay que castigar al niño!".
No puedes castigar a tu hijo por una acción sobre la que no le advertiste prohibirla de antemano.
El niño debe conocer las reglas de conducta y no intentar "adivinarlas".
Anteriormente se nombraron tres errores que impiden que los niños se conviertan en adultos.