No todos los niños están interesados en dedicar su tiempo libre a leer un libro en casa o en el pupitre del colegio. De nada sirve hablar de la importancia de los conocimientos adquiridos y de la elección de una futura profesión si el niño ya ha sido invitado a salir por amigos.
Pero sucede que un niño, en principio, no quiere adquirir conocimientos y no se esfuerza por nada en absoluto.
Los expertos nombraron las razones que podrían llevar al niño a este estado.
Puede haber muchas razones. Partiendo de características del desarrollo, dificultades para leer o escribir, o padres que no trabajan con sus hijos.
Como resultado, el niño comienza a sentirse marginado y ve la escuela con hostilidad.
Pero pensar que está destinado a convertirse en un mal estudiante es un error. Estos son los frutos de la educación que los padres tendrán que cosechar durante mucho tiempo.
Todo el mundo conoce el concepto de “bullying”. Y si un niño es acosado metódicamente en la escuela (esto lo pueden hacer no solo los compañeros de clase, sino también los maestros), entonces el rendimiento académico y el aprendizaje dejarán mucho que desear.
Como dicen, el miedo tiene ojos grandes. Este podría ser el miedo a sacar una mala nota en un examen, parecer peor que tus compañeros de clase o incluso el miedo a molestar a tus padres con una mala nota.
Los artículos más adictivos para los niños modernos son los aparatos o las computadoras. Pero el problema no es que no quede tiempo para estudiar.
Los contenidos que consumen los niños en Internet no contribuyen al desarrollo; son ligeros, si no primitivos.
Y si su hijo no abandonó las redes sociales durante las vacaciones, al comienzo del trimestre le resultará muy difícil comprender los genios literarios o las ciencias exactas.
Y no nos olvidemos de la adolescencia, cuando estudiar parece un asunto secundario.
Anteriormente te contamos cómo enseñar a tu hijo a hacer los deberes por sí solo.