Si cualquier intento de iniciar una conversación con un adolescente termina en conflicto o indiferencia por su parte, entonces los padres deberían considerar cambiar su enfoque.
Sigue siendo importante dialogar con un niño de cualquier edad para que escuche, escuche y también pueda compartir libremente sus pensamientos y experiencias.
En primer lugar, las mamás y los papás deben dejar de presionar con la autoridad y la experiencia.
Cualquier conversación debe ser tranquila, sin constantes referencias a errores u órdenes.
Es necesario entender que un adolescente tiene su propia opinión, sus propios sentimientos, sus secretos.
Por eso, es importante respetarlos, así como el espacio personal de un hijo o hija. Debes llamar antes de entrar a su habitación; no debes interrumpirlo cuando intenta hablar de algo.
Es importante escucharlo y escucharlo.
No será superfluo compartir tus propias experiencias y novedades, pero al mismo tiempo no debes traspasar la responsabilidad a tu hijo y a tu hija. La franqueza de los padres puede hacer que quieran compartir la respuesta.
Los expertos recomiendan insistir en la transparencia cuando se trata de la seguridad o la salud de un niño.
Además, los psicólogos señalan que es necesario pedirle consejo a un adolescente. Al mismo tiempo, es necesario agradecerle más a menudo, pero no solo por sus palabras, sino también por su ayuda en los asuntos cotidianos.
Anteriormente hablamos de los peligros del excesivo cuidado parental.