Las habilidades domésticas deben desarrollarse desde una edad temprana.
Es necesario incluir progresivamente al niño en las actividades cotidianas para desarrollar su independencia, organización y responsabilidad.
Si no se hace esto, existe el riesgo de que el niño reciba el título de “persona con discapacidad doméstica” cuando sea adulto. Esto sólo tendrá un impacto negativo en su vida.
En primer lugar, tanto los padres como otros adultos del hogar deben dar un ejemplo positivo.
A continuación, debe explicar por qué es importante realizar las tareas del hogar.
La tarea también debe ser apropiada para la edad.
Por ejemplo, a los tres años un niño puede realizar tareas más sencillas, mientras que un adolescente ya sabe cocinar la cena o trabajar en electrodomésticos, por ejemplo, limpiar el frigorífico.
Al mismo tiempo, no debes sobrecargar al niño. Es importante elogiarlo y agradecerle su ayuda para que la motivación no desaparezca.
Anteriormente hablamos de cómo ayudar a un niño a crecer responsablemente.