Según los psicólogos, no hay nada especial en que los niños se peleen entre sí. Al igual que los tíos y tías adultos, así es como se forman sus relaciones.
Por tanto, no pasa nada terrible. Por el contrario, las mamás y los papás deberían preocuparse si no surgen peleas. Esto significa que el niño crece en un ambiente estéril.
Los padres sólo pueden influir en sus hijos para que reduzcan la intensidad de las pasiones y reduzcan el número de peleas.
A continuación se ofrecen algunos consejos para ayudar a los padres a hacer lo correcto en esta situación.
1. No se debe culpar a los mayores y perdonar inmediatamente a los más jóvenes, porque los mayores no pueden soportar la carga de la responsabilidad por las acciones de sus hermanos y hermanas menores.
Y las relaciones normales se basan en la igualdad.
2. Hay que respetar la decisión y elección de los niños, porque incluso a esta edad hay preferencias.
3. Lo más importante es encontrar tiempo para los niños. El contacto constante con los adultos ayudará a los niños a mantener una atmósfera amigable.
4. Es igualmente importante que los propios padres dejen de pelear en presencia de sus hijos.
Los padres pueden intervenir si una pelea se convierte en insultos o agresiones mutuas.
Luego hay que averiguar cuál de los niños y qué "contribución" hizo al conflicto, y explicarles a todos que esto no se puede hacer.
Los niños no pueden ser castigados sin descubrir los motivos, de lo contrario pueden desarrollar la creencia de que a sus padres no les importan sus experiencias.
Anteriormente te contamos cómo criar a un niño feliz .