Es importante señalar que no existe una respuesta definitiva a la pregunta de qué se debe o no se debe permitir al criar niños varones, ya que las estrategias de crianza pueden variar según factores culturales, personales e individuales.
Sin embargo, los siguientes puntos resaltan ciertas prácticas que generalmente no se recomiendan para promover el desarrollo saludable e integral de los niños.
Evite reforzar normas de género restrictivas que dictan lo que se considera “masculino” o “femenino”.
Aliente a los niños a expresarse auténticamente y a perseguir una variedad de intereses, independientemente de las expectativas de la sociedad.
Desaliente la idea de que los niños deban reprimir u ocultar constantemente sus emociones.
Enséñales inteligencia emocional, empatía y habilidades de comunicación efectiva que les ayudarán a expresar y gestionar sus sentimientos de forma saludable.
Rechace la idea de que los niños deban recurrir a la violencia o la agresión para resolver problemas.
Promover estrategias no violentas de resolución de conflictos, fomentar la empatía y enseñarles a negociar y llegar a acuerdos.
Evite los rasgos tóxicos de masculinidad como la dominancia, el sexismo, la misoginia o la superioridad masculina.
En cambio, enfatice el respeto, la igualdad y las relaciones saludables con todos los géneros.
Evite imponer opciones profesionales limitadas basadas en estereotipos de género.
Anime a los niños a explorar diferentes áreas de interés y apóyelos en la realización de cualquier actividad que disfruten, independientemente de las expectativas de la sociedad.
Enseñe a los niños la importancia de compartir responsabilidades en el hogar.
Anímelos a participar en las tareas del hogar, la cocina, la limpieza y otras tareas del hogar, desarrollando un sentido de igualdad y empatía en sus relaciones futuras.
Evite la competencia excesiva y poco saludable entre los niños, que puede conducir a comportamientos nocivos o falta de empatía.
Fomentar una competencia sana que promueva el crecimiento, la cooperación y el trabajo en equipo.
Priorizar el bienestar mental y emocional de los niños.
Anímelos a buscar ayuda cuando sea necesario y enfatice la importancia del autocuidado.
Recuerda que estos puntos son pautas generales para favorecer el desarrollo saludable de los niños.
En última instancia, comprender y respetar las necesidades, los intereses y la personalidad únicos de cada niño es fundamental para educarlos y convertirlos en personas seguras, compasivas y completas.
Anteriormente te contamos qué cosas deben enseñar los padres a un niño menor de 10 años.