Al no querer comprarle juguetes o dulces a sus hijos, algunos padres dicen: "No tenemos dinero".
Parecería que esto es muy conveniente: el niño comprende inmediatamente que su solicitud es rechazada por una buena razón y ya no distrae a mamá y papá.
Sin embargo, la frase, por extraño que parezca, es muy peligrosa.
Pronunciarlo puede tener consecuencias negativas: es posible que la relación entre padres y bebé empeore.
Tarde o temprano, el bebé comprenderá que sus padres tienen dinero para otras compras. Como resultado, mamá y papá ofenderán al niño porque lo "engañaron".
Si realmente hay problemas económicos, entonces el niño puede desarrollar complejos: "Vivo en una familia pobre". Es posible que el bebé empiece a envidiar a otros niños.
Si no quiere comprarle a su bebé tal o cual cosa, por miedo a malcriarlo o hacerle daño, entonces no necesita "esconderse detrás" de la falta de dinero.
Es mejor decir honestamente: “No queremos volver a comprarte dulces. Los comes con demasiada frecuencia y es perjudicial”. Otra opción: “Ya tienes muchos juguetes que te olvidaste. Compraremos uno nuevo en un mes”.
Si realmente la imposibilidad de comprar algo para un niño se debe a falta de dinero, se debe decir lo siguiente: “Por el momento no podemos permitirnos dicha compra. ¡Pero habrá un regalo para mi cumpleaños!
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