Los niños realmente necesitan el apoyo y el amor de sus padres, especialmente en esos momentos en los que experimentan fracasos o entran en conflicto con los demás.
Las palabras elegidas correctamente ayudan a sobrevivir a una situación estresante, pero a veces un niño escucha de sus seres queridos cosas que sólo agravan su condición. ¿Qué palabras nunca deberías decirles a los niños?
La actitud ante muchas cosas en adultos y niños es radicalmente diferente. Los niños se preocupan mucho por los juguetes rotos y las peleas con amigos, pero para los adultos esto tiene poca importancia.
Sin embargo, no puedes devaluar los sentimientos de tu hijo; la familia debe demostrarle que sus experiencias son importantes para ellos y que están dispuestas a brindarle apoyo y mostrarle comprensión en cualquier situación.
Si no hace esto, demostrando que los problemas del bebé son insignificantes y no merecen atención, en el futuro el niño puede cerrarse y no contarles a mamá y papá sobre sus problemas más adultos.
Una de las principales tareas de cualquier padre es enseñar al niño a no avergonzarse de sus sentimientos y enseñarle a expresarlos, liberándose así del estrés.
Si un niño guarda negatividad en su interior, esto causará un daño irreparable a su psique.
Un niño al que se le prohíbe expresar sus emociones se volverá aún más caprichoso, protestará contra la injusticia o crecerá hasta convertirse en una persona cerrada y con baja autoestima.
Si los padres ven que un niño no puede afrontar algo, ofrecerle ayuda en esta situación se convierte en un verdadero flaco favor.
Cuando mamá o papá empiezan a hacer algo en lugar del bebé, lo están programando para que fracase. Los padres, con sus acciones, le muestran al bebé que no puede hacer frente a las tareas que se le asignan.
Como resultado, el niño muestra cada vez menos iniciativa, esperará ayuda y crecerá como una persona dependiente e infantil.
Por eso, es importante que el bebé haga todo lo que pueda de forma independiente y sin ayuda externa. No debes esperar un resultado ideal de él, el bebé todavía está aprendiendo y tiene muchos logros por delante.
Los padres pueden pensar que de esta forma están animando al bebé, pero el niño empieza a pensar que todos sus esfuerzos son en vano y que él mismo es un incompetente.
Es necesario dejarle claro al niño que cada fracaso es un paso hacia grandes logros, lo que fortalece su carácter y lo hace más fuerte.
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