Molestar y molestar a los niños: frases populares de padres que son peligrosas para los niños
28.01.2024 03:20
Probablemente muchas personas escucharon una variedad de frases no muy reflexivas de sus padres en la infancia. A veces simplemente causaban desconcierto y, a veces, podían molestar e incluso ofender.
No todos los padres son capaces de entender por qué determinadas palabras son incorrectas o incluso peligrosas para la psique del niño.
“¿A quién amas más: a papá o a mamá?”
Sucede que incluso algunos padres hacen a sus hijos preguntas aparentemente erróneas.
Por supuesto, es posible que un niño cariñoso se apegue más a uno de los adultos que al otro, pero no lo expresará por razones éticas. Al igual que un padre cariñoso nunca dirá a qué niño ama más.
No debería haber jerarquía en el amor familiar; se supone que todos deben amarse por igual.
Qué mejor que decir: “¿Cómo te gusta más pasar tiempo con mamá?”, “¿Y con papá?”
“¿La novia/el novio ya está en el jardín de infantes?”
Esta pregunta a menudo se hace en broma, pero puede confundir y desconcertar mucho al niño, quien probablemente se la tomará en serio y como una expectativa puesta sobre él para encontrar pareja lo antes posible. No tiene sentido volver a preocupar a tus hijos por algo de lo que no deberían preocuparse a su edad.
¿Qué es mejor preguntar: "¿Con quiénes son tus amigos en el jardín de infantes?", "¿Con quién te gusta jugar más?"
“¿Qué quieres ser cuando seas grande?”
Probablemente una de las preguntas de los padres más populares y desagradables. El niño aún no tiene tiempo de conocerse adecuadamente a sí mismo y los adultos ya empiezan a preguntarse sobre los planes para el futuro y la profesión elegida. A menudo esto sólo crea presión y confusión en los propios deseos.
Qué es mejor preguntar: "¿Qué te gusta hacer?", "¿Cuáles son tus aficiones?"
“¿Quién te gustaría más: una hermana o un hermano?”
No se sorprenda si el niño responde enojado que no quiere a nadie. En primer lugar, en realidad no puede decidir quién comparecerá.
Y en segundo lugar, el nacimiento de un hermano o hermana menor supone ya un estrés considerable para los niños, que tendrán que soportar la idea de que ya no serán el centro del amor de sus padres. Una pregunta como esta puede empeorar las cosas.
“¿Por qué Vova tuvo éxito y tú no?”
Una frase muy grosera que no sólo no ayuda a mejorar la situación, sino que además hiere la autoestima del niño. Le inculca el pensamiento automático de que es estúpido e inepto, lo que significa que no tiene sentido intentar nada.
Es correcto comparar a los niños sólo consigo mismos en el pasado. Después de todo, todos los niños son diferentes y cada uno tiene su propio camino de desarrollo. Qué es mejor decir: “¿Necesitas ayuda para resolverlo? Intentemos resolver este problema juntos".
“¡No me importa si todos en la clase obtuvieron D! ¿Quiero saber por qué lo conseguiste?
Si toda la clase tiene problemas con los resultados, entonces la pregunta debe dirigirse al profesor. Al final, las valoraciones no siempre son justas.
También es importante comprender que después de recibir una mala calificación, el niño todavía quiere apoyo, no condenación. Las relaciones son más importantes que las calificaciones, no lo olvides.
Qué es mejor decir: “Lamento mucho que no hayas podido resolver la prueba. Pero no os preocupéis, yo también he sacado malas notas”.
"Cambia aquí, nadie mirará, ¿y quién realmente te necesita?"
Una frase bastante humillante que ofende en varios frentes a la vez: desprecio por los límites y las necesidades, llamar inconscientemente feo a un niño y no despertar ningún interés.
Un padre que dice tal frase pierde confiabilidad ante los ojos de su hijo y no le brinda protección en este momento delicado. Qué mejor que decir: “Vamos a esa esquina y te cerraré para que nadie te vea”.
“¿Cómo van las cosas en la escuela?”
Cuando muchos niños regresan del colegio, lo primero que quieren hacer es tomarse un descanso. Y esas preguntas que se apresuran a afrontarlos son muy molestas. Un adulto probablemente experimentaría emociones similares si alguien, después de un día duro, inmediatamente comenzara a preguntarle cómo van las cosas en el trabajo.
Es mejor decir: "¿Cómo estuvo tu día?" Es mejor contarle primero a un adulto cómo le fue el día. El niño puede responder de la misma manera.
Conclusión
Está claro que decir frases precipitadas no es lo que los padres deberían hacer. Cualquier palabra descuidada puede herir a un niño, por eso es necesario elegir las opciones adecuadas para el diálogo.
A veces es útil que un adulto se imagine en el lugar de los niños y piense en cómo se sentiría si le dirigieran tal o cual frase. O consulte con un especialista para saber de inmediato qué frases necesita prohibir.
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