¿Qué 10 frases no deberías decirles a los niños?

23.03.2023 13:12
Actualizado: 23.01.2024 20:27

Muy a menudo, los padres le dicen palabras y expresiones a sus hijos sin pensar. Pero una palabra puede causar un gran daño a la psique y al desarrollo posterior del individuo.

La idea que un niño tiene de sí mismo se forma precisamente a partir de las palabras que pronuncia un adulto.

Por eso, hay frases que los niños no deben decir:

“No llores, cálmate, ya eres adulto” o “Los niños no lloren”

Así, la expresión de los sentimientos está prohibida, el dolor interior se acumulará y se manifestará en neurosis o agresión.

En esta situación se puede: abrazar, tranquilizar al niño, indicar sus sentimientos (resentimiento, enfado, dolor). Esto ayudará al niño a evaluar las emociones en el futuro y no tener miedo de expresarlas. Cuando sea adulto, tratará a sus seres queridos con sensibilidad y atención.

familia
Foto: Pixabay

“¡Si te portas mal, tu tío te llevará (la policía/irás a un orfanato, etc.)!”

Con esta expresión se ponen en duda las palabras del adulto, se repite la frase, pero no pasa nada.

El niño comprende que estas palabras no tienen valor y también pueden aplicarse a otras declaraciones del adulto. Los niños particularmente impresionables pueden reaccionar con miedos y pesadillas.

En esta situación, puedes: interesarlo en algún tipo de juego, distraerlo, ofrecerle hacer algo juntos (hornearle un pastel a papá/hacer un dibujo, etc.).

“No se lo digas a papá” o “No se lo digas a mamá”

Se cuestiona la autoridad de un adulto, los padres se enfrentan entre sí. El niño se siente incómodo y se debate entre sus seres queridos.

En esta situación, puedes: si necesitas ocultar algo, no involucres a los niños en absoluto. Si la situación ya sucedió, dígale al niño la verdad y por qué es importante ahora para que nadie se entere del secreto.

“¡Come todo para que el plato quede limpio! ¡Dejas el poder!

El camino más seguro hacia un trastorno alimentario. Es posible que el niño ya esté lleno.

En esta situación se puede: dejar que el niño diga cuánta sopa o segundo quiere, aprendiendo así a controlar su apetito. Siempre puedes añadir suplementos después.

Hay periodos en los que el niño se mueve poco, no está al aire libre, no gasta mucha energía, entonces no tiene apetito y esto es normal.

“¡Da, comparte, no seas codicioso!”

Por lo tanto, se violan los límites y sentimientos personales del niño.

En esta situación, puede demostrar con el ejemplo: compartir es bueno, jugar juntos es divertido. Hay que recordar que hay ocasiones en las que, por el contrario, es necesario defender sus derechos sobre los efectos personales. En este caso, brindar apoyo y protección al niño.

“¡Mira, el niño (niña, hermana, etc.) lo hace mejor que tú!”

Al comparar a un niño con otra persona, se devalúan sus asuntos y su personalidad. Se vuelve inseguro de sí mismo.

En esta situación, es posible: es mejor encontrar fortalezas, motivar, apoyar en nuevos logros.

“¡Cuántas veces puedes decirlo! ¡Lo prometiste!

La psique del niño es móvil, vive aquí y ahora. Exigir una promesa es simplemente inútil. Hasta los 7 años, al niño le resulta difícil regular el comportamiento.

En esta situación se puede: enseñar al niño a pensar, reflexionar. De esta forma aprenderá más rápido a autorregularse. Para tareas sencillas: recoger juguetes, lavarse las manos, hacer la cama, etc., atraer juguetes, ayudantes que animen al niño (“El conejito pide ordenar los juguetes”).

“No puedes, déjame hacerlo”

El deseo del niño de hacer algo se devalúa y su autoestima se resiente. La experiencia que un niño adquiere de forma independiente es muy importante para el desarrollo de la personalidad.

En esta situación puedes: apoyar la iniciativa, si algo no funciona, dar consejos. A menudo sucede que los padres tienen prisa por hacer algo, no hay tiempo para esperar, entonces necesitan explicárselo al niño y la próxima vez darles la oportunidad de hacerlo ellos mismos.

"Toma dulces (juguete, tableta), ¡cálmate!"

El llanto y la histeria de un niño llevan a los adultos a los extremos; lo que hace algún tiempo estaba prohibido, está permitido. Así el niño aprende a manipular.

En esta situación, puede: calmarse, exhalar, intentar distraer al niño. Es importante no cambiar de opinión. El niño comprenderá y aceptará las reglas y se calmará.

"¿Qué clase de manos de gancho eres? Eres tan estúpido, tan vago, etc."

A menudo los padres le dicen varios “epítetos” al niño, etiquetándolos y formando ideas erróneas del niño sobre sí mismo.

Es posible en esta situación: todas las personas cometen errores, el niño escuchará las críticas de alguien más de una vez. Los padres deben enfatizar las buenas cualidades y acciones: un corazón valiente, una cabeza clara, pies rápidos, etc.

El niño cree en sus padres, en sus palabras y acciones en un nivel intuitivo. La información que se establece desde la infancia acompaña toda la vida. Por eso, es importante que los padres den las pautas adecuadas en su discurso.

Autor: Serguéi Tumanov editor de recursos de internet

Contenido
  1. “No llores, cálmate, ya eres adulto” o “Los niños no lloren”
  2. “¡Si te portas mal, tu tío te llevará (la policía/irás a un orfanato, etc.)!”
  3. “No se lo digas a papá” o “No se lo digas a mamá”
  4. “¡Come todo para que el plato quede limpio! ¡Dejas el poder!
  5. “¡Da, comparte, no seas codicioso!”
  6. “¡Mira, el niño (niña, hermana, etc.) lo hace mejor que tú!”
  7. “¡Cuántas veces puedes decirlo! ¡Lo prometiste!
  8. “No puedes, déjame hacerlo”
  9. "Toma dulces (juguete, tableta), ¡cálmate!"
  10. "¿Qué clase de manos de gancho eres? Eres tan estúpido, tan vago, etc."