Muchos padres prohíben a sus hijos llorar, expresar sus opiniones y practicar determinadas aficiones.
Algunas madres y padres están seguros: esto es lo que hay que hacer para que el niño esté tranquilo, obediente y modesto.
De hecho, tales prohibiciones no conducen a nada bueno.
Veamos cada caso por separado.
¿No le gusta que su hijo se entrometa a menudo en las conversaciones de los adultos, queriendo hablar sobre tal o cual tema?
¡Ocúpate de ello! Y bajo ningún concepto prohibas a tu hijo expresar su opinión, por extraña, divertida e ingenua que sea.
Tal prohibición es una garantía de que el niño desarrollará baja autoestima e indecisión.
No prohíbas a tu hijo derramar lágrimas. Incluso si estamos hablando de un niño.
El bebé no debe reprimir sus emociones. De lo contrario, le resultará difícil afrontar sus experiencias.
Además, un niño al que no se le permite llorar puede volverse retraído.
Si a tu hijo le gusta un tipo particular de actividad, no debes prohibirle que le dedique tiempo.
Si aún no permite que su hijo se dedique a tal o cual pasatiempo, privará a su propio hijo de la oportunidad de autorrealizarse.
Anteriormente, enumeramos frases que no debes decirle a tu hijo.