Muchos padres conocen la importante regla: "El castigo o la reprimenda deben seguir inmediatamente a la acción incorrecta del niño".
Si mamá y papá toman medidas más tarde, es posible que el bebé ni siquiera comprenda por qué lo castigan.
Sin embargo, hay una situación en la que vale la pena posponer el castigo.
Estamos hablando de un caso en el que un niño hizo algo malo en público.
Otras personas no deberían verte regañar a tu hijo.
Porque el castigo frente a extraños afecta negativamente al bebé.
Un niño que ha sido reprendido delante de todos puede volverse complejo y menos seguro de sí mismo. Además, pueden aparecer sentimientos de culpa.
No debemos olvidar que el niño se avergüenza delante de sus compañeros. No regañes a tu hijo delante de sus compañeros, de lo contrario dejarán de respetarlo.
Si es necesario regañar a su hijo o hija, es mejor hacerlo después de regresar a casa.
Sí, el castigo en este caso será menos eficaz. Pero al mismo tiempo es menos peligroso para el niño.