Pasear con niños se convierte en un auténtico reto para muchos padres.
Algunos niños no desean estar bajo control constante y se esfuerzan por liberarse de sus manos.
Esto es bastante comprensible: un niño activo quiere correr, saltar, acercarse a ciertos objetos, pero su madre no le da esa oportunidad.
Y en algunos casos, la actividad excesiva supone un peligro para el bebé. Por ejemplo, al cruzar una calle.
Afortunadamente, existe un pequeño truco que ayudará al niño a permanecer cerca de su madre durante todo el paseo.
Los padres deben fingir que tienen miedo de cruzar la calle solos o perderse entre la multitud.
Hay que dirigirse al niño con la siguiente petición: “¡Protégeme, por favor! ¡Toma mi mano con fuerza, de lo contrario tengo miedo!
Al oír esto, el propio bebé querrá estar cerca de su madre. O mejor dicho, se esforzará por asegurarse de que sus padres permanezcan cerca de él.
Además, el niño será verdaderamente feliz, ya que está “protegiendo” a su persona querida.
Y para la madre, caminar con su hijo ya no estará asociado al estrés.