A veces los niños se portan tan mal que las mamás y los papás sienten la necesidad de gritarles.
Pero no tiene sentido alzar la voz. Desde un punto de vista educativo, esta técnica es absolutamente inútil.
Algunos niños se acostumbran rápidamente a gritar y continúan comportándose como mejor les parece. Otros temen a los padres enojados, pero eso tampoco tiene nada de bueno.
Por lo tanto, si mamá o papá están enfadados, debes calmarte con todas tus fuerzas.
¿Cómo hacer esto? Hay una forma sencilla.
¿Sientes que estás a punto de morderle a tu bebé travieso? Respira hondo y cuenta mentalmente hasta diez.
A primera vista, todo es demasiado sencillo. Pero el método realmente funciona.
Estos pocos segundos deberían ser suficientes para calmarte por completo. Mamá o papá podrán recuperarse.
Siendo razonables y tranquilos, los padres podrán tomar la decisión educativa correcta y encontrar una salida más adecuada a la situación actual.
Lo más probable es que puedas encontrar un lenguaje común con un niño inquieto sin necesidad de gritar.