Es desagradable cuando un bebé empieza a ponerse histérico o simplemente a ser caprichoso.
Y lo peor es que un niño o una niña se comporte así en público.
Afortunadamente, las lágrimas se pueden detener rápidamente. Y para ello no es necesario gritarle al niño y castigarlo.
Resulta que basta con decir una sola palabra y el bebé se calmará.
Cualquier palabra compleja, cuyo significado el niño no conozca, servirá.
Por ejemplo, "sincrofasotrón". O “trascendencia”, “paralelepípedo”, “transparente”.
Si dice alguna de estas palabras en el momento en que el bebé está histérico, lo más probable es que deje de gritar y llorar inmediatamente.
Y desde un punto de vista psicológico, esto se explica de forma muy sencilla: el niño desarrolla una emoción que resulta ser más fuerte que la anterior. Se trata de sorpresa.
Un niño que escucha una palabra desconocida se queda en silencio y mira a mamá y a papá, esperando una explicación de ellos.
El truco psicológico casi siempre funciona y muchas veces ayuda a los padres en situaciones difíciles que suelen surgir durante la crianza de un hijo.