La histeria infantil asusta a muchos padres, ya que es difícil controlarla calmando al niño.
Sin embargo, existen reglas que ayudarán a neutralizar este problema.
Como regla general, un niño no hará berrinche sin una buena razón. A veces los niños consiguen lo que quieren de esta forma, sabiendo que no te negarás.
A veces, para los niños, la histeria se convierte en la única forma de ser escuchados, ya que los padres la ignoran y no la toman en serio.
A veces la histeria es el motivo del malcriado.
Los expertos señalan que los padres a menudo reaccionan incorrectamente ante la histeria sólo porque temen el juicio de los demás. Por eso los adultos hacen concesiones, lo cual no es muy correcto.
Por lo tanto, ni siquiera la presencia de testigos en la persona de extraños debería confundirle. Por supuesto, esto es extremadamente difícil, pero bastará con “soportar” la histeria unas cuantas veces para que no vuelva a suceder.
En la mayoría de los casos, durante el proceso de histeria, los padres están dispuestos a hacer cualquier cosa para detenerla. Por tanto, los niños no tienen motivos para corregir su comportamiento.
Al contrario, les gusta recibir “bonificaciones”.
Si comienza a comportarse con calma y sensatez, los niños eventualmente dejarán de usar la histeria como medio de manipulación.