Mientras camina, cualquier niño puede tropezar y caer.
Tras este pequeño incidente, muchos padres cometen un grave error.
Inmediatamente comienzan a culpar al bebé, pronunciando las siguientes frases: “¿¡Por qué eres tan descuidado!?” o “¿¡Puedes caminar normalmente!?”
Algunas mamás y papás empiezan a reírse. Esto tampoco tiene nada de bueno.
No se puede humillar, culpar o ridiculizar a un niño que se encuentra en una situación desagradable.
Tenga en cuenta que absolutamente cualquiera puede tropezar. Incluyéndote a ti.
Al niño caído se le debe decir lo siguiente: “¿Estás herido?”
Otras buenas opciones: “¿Tienes dolor?” y “Oh, ¿no tenías miedo?”
En otras palabras, debe hacerle saber inmediatamente a su hijo que está dispuesto a mostrar preocupación.
Las preguntas realizadas correctamente garantizan que el niño o la niña no se preocupará por lo sucedido. Él o ella percibirá lo sucedido simplemente como un pequeño y molesto error. El niño estará agradecido con mamá y papá por su apoyo y la falta de emociones negativas.
El niño no desarrollará sentimientos de culpa y no perderá la autoestima.