Muchos padres modernos están comprometidos con el desarrollo integral de su hijo.
Por eso, los niños estudian cada vez más y no les queda tiempo para descansar.
Como resultado, el niño se enfrenta a fatiga, estrés y agotamiento nervioso. Este resultado no puede considerarse positivo.
Los expertos creen que esto se debe principalmente al hecho de que los niños se ven privados de un descanso de calidad: después de la escuela se ven obligados a asistir a materias optativas, actividades extraescolares, música y clubes deportivos.
En primer lugar, conviene recordar que el niño experimenta fatiga no solo física, sino también emocional. Por lo tanto, no debes "tirar" de él.
En primer lugar, a los niños se les debe ofrecer un almuerzo sabroso y saludable y dejarlos descansar durante al menos una hora. En este momento, se debe dejar que los niños se las arreglen solos.
Déjales jugar lo que quieran, ver dibujos animados o charlar con sus amigos. Es muy importante darle al niño un “reajustamiento” para ayudarlo a deshacerse de la tensión acumulada.
Algunos niños pueden incluso necesitar dormir un rato para recuperar fuerzas. Pero las conversaciones sobre asuntos escolares, rendimiento académico y otras noticias importantes deberían posponerse hasta la noche.