Muchos padres dicen la palabra “no” con demasiada frecuencia.
Sucede que las madres y los padres rechazan tajantemente a sus hijos cuando les piden comprar otro juguete.
La palabra “no” se puede escuchar de labios de los padres incluso si el niño quiere otro postre.
Pero el problema es que las negativas frecuentes pueden hacer que el bebé confíe menos en su madre y su padre.
En una tienda, ¿un niño te pidió que compraras un pastel? ¿Pero no quieres gastar dinero en un regalo caro? ¿O cree que su hijo come dulces con frecuencia?
No utilices la palabra "no". Esto molestará a su bebé y la hará parecer codiciosa o demasiado estricta.
Es mejor ofrecerle a su hijo una alternativa. Puedes decir: “El pastel es un alimento festivo. No deberías comerlo con demasiada frecuencia. Mejor compremos galletas/yogurt/queso”.
Es poco probable que el niño tenga demasiados principios. Lo más probable es que esté de acuerdo.
Será muy conveniente. Por un lado, los padres no tendrán que volver a comprar alimentos caros y poco saludables. Por otra parte, no existe una negativa directa.
Intente buscar alternativas en otras situaciones. El compromiso siempre es mejor que la pelea.