Los rituales familiares sólo a primera vista parecen acciones insignificantes que tienen poco impacto en la vida del niño.
De hecho, los “ritos” más simples pueden hacer feliz a un niño.
Muchas acciones que los padres perciben como puramente simbólicas juegan un papel importante en la crianza de un niño.
Si todo se hace correctamente, el niño se sentirá seguro de sí mismo y amará aún más a mamá y a papá.
Antes de que un alumno vaya a clase, su madre debe besarlo en la mejilla o abrazarlo.
Estos signos de amor son de gran importancia para un niño. Su estado de ánimo mejora. Además, existe el deseo de lograr nuevos éxitos en los estudios.
Tan pronto como el estudiante vea a sus padres después de la escuela, mamá y papá deben preguntarle al niño sobre las últimas novedades escolares.
Al mismo tiempo, es importante no regañar a su hijo por sus malas notas. El niño debe tener confianza en que sus padres lo apoyan y están dispuestos a escucharlo con calma.
La cena familiar es una excelente manera de fortalecer la relación entre marido y mujer, padres e hijos.
Es aconsejable que el sábado y domingo los padres presten la mayor atención posible a sus hijos. Al fin y al cabo, de lunes a viernes no queda mucho tiempo para ello.
Tiene sentido llevar a su hijo al parque o al cine. Al bebé definitivamente le gustará que mamá y papá no se olviden de él.
Muchos niños disfrutan participando en la preparación del pastel y otras delicias, así como en la decoración de la habitación y la elección de disfraces.
No prive a su hijo de la oportunidad de contribuir a crear un ambiente festivo.