Muchas madres y padres quieren que sus hijos confíen en ellos.
El amor por el niño y la disposición a acudir en su ayuda en cualquier momento le permitirán lograr el resultado deseado.
Además, es necesario comunicarse correctamente con el bebé. ¡Sin insultos, humillaciones o intimidaciones! ¡Solo palabras amables, elogios e instrucciones discretas para el niño sobre acciones incorrectas!
Y tiene sentido utilizar una palabra “mágica” con más frecuencia. Estamos hablando de la conjunción “y”.
Al parecer, ¿qué tiene de “mágico” esta palabra? ¿Realmente los padres utilizan tan raramente esta unión?
No se trata de la frecuencia de uso de una palabra, sino de su pronunciación en el momento adecuado.
Por lo tanto, la conjunción “y” debería usarse a menudo para reemplazar la conjunción “pero”. Para que quede más claro, debemos dar un ejemplo específico.
La frase "Eres un buen chico, pero a veces te comportas mal" obviamente será percibida negativamente por el niño. Instantáneamente olvidará la primera parte de la frase y se enfadará con la segunda.
Es mejor decir esto: “Eres un buen chico y a veces nos preocupamos mucho por ti. Anda con cuidado y no hagas nada malo."
Como puede ver, reemplazar un sindicato hizo mucho. La oposición y la “devaluación” de los elogios han desaparecido.