Mucha gente nota que parece haber una falta de emociones positivas, bondad y capacidad de respuesta en el mundo.
Sin embargo, antes que nada, debes prestar atención a ti mismo y a tu familia: ¿con qué frecuencia le enseñamos a nuestro hijo las cosas correctas?
La respuesta, por regla general, no agrada a nadie. Los padres están acostumbrados a centrarse en los estudios y el comportamiento, olvidándose de la moralidad y las cualidades morales.
Si los niños se dirigen a usted con una petición, no debe negarles esto: al contrario, mostrará un buen ejemplo de capacidad de respuesta. También vale la pena mostrar amabilidad con tus amigos e incluso con los extraños.
Los niños recuerdan lo que ven, por eso las acciones tienen más impacto en ellos que las palabras.
A pesar de que las acciones hablan mucho más elocuentemente que las palabras, no debemos olvidarnos de las conversaciones educativas. A veces, un niño necesita decir con frecuencia cosas que son obvias a primera vista para que queden grabadas en su conciencia.
Defina claramente los límites de las malas y buenas acciones. Ayuda a desarrollar la habilidad de comprender el bien y el mal.
Los expertos creen que el voluntariado conjunto tiene un poderoso impacto positivo en el desarrollo del niño. Y no estaría de más que un adulto hiciera cosas útiles sin buscar un beneficio personal.
Ayudar a los demás tiene un buen efecto en el desarrollo espiritual de una persona.
La figura de los padres influye en una persona a lo largo de su vida, aunque no nos demos cuenta y admitamos del todo.
Si desea que sus hijos se vuelvan receptivos y amables, usted mismo debe recorrer el camino del desarrollo moral.