Muchos padres están seguros de que su estado de ánimo no se transmite a sus hijos. Pero esto es un error.
Cualquier niño siente inmediatamente que el estado de ánimo de mamá o papá ha empeorado.
Incluso si el bebé sigue manteniendo la calma exterior, empieza a preocuparse por dentro.
En tal situación, el niño puede acercarse a los padres y preguntar directamente: "¿Pasó algo?"
Generalmente las madres y los padres, que no quieren molestar a sus hijos, responden: "No pasó nada". Y esto es un grave error.
El niño ve que sus padres se han puesto tristes por algún motivo.
Entiende que algo ha sucedido. El niño quiere una respuesta, pero no quieren decirle los verdaderos motivos de su tristeza.
Se sabe que lo desconocido da miedo. Un niño o una niña comienza a preocuparse aún más ante tal situación.
Para no llevar a su hijo a un estado aún más estresante, debe admitir que por alguna razón está triste.
Una buena respuesta sería: “Estoy un poco molesto (molesto) porque… juguemos para divertirnos más”.
No es en absoluto necesario revelar todas las circunstancias de lo sucedido. Puedes guardar silencio sobre algo si tienes miedo de molestar a tu bebé. Pero hay que reconocer el hecho mismo de la existencia de problemas. Y es recomendable distraer al bebé con un juego, un paseo, golosinas o algo más.