Si hay un desorden en la habitación de los niños, los padres suelen empezar a corregir la situación ellos mismos.
Sin embargo, no debe hacer el trabajo del niño por él: el niño debe colocar todos sus juguetes y otras pertenencias personales en su lugar.
Y hay una manera de garantizar que el niño ponga las cosas en orden.
Basta con utilizar un truco psicológico llamado “Y apostamos…”
Al ver los juguetes esparcidos en la guardería, los padres deben dirigirse al niño y decirle: "¡¿Apuesto a que no puedes devolver todas las cosas a su lugar?!"
El bebé seguramente aceptará este "desafío" y, queriendo demostrarle a mamá o papá su capacidad para restablecer el orden, devolverá la limpieza, la amplitud y la comodidad de la habitación.
Y lo más probable es que un niño motivado lo haga rápidamente y sin quejas.
Si el bebé realmente limpió la habitación, asegúrese de elogiarlo y admitir su “derrota”: “¡Me equivoqué! ¡Realmente puedes poner los juguetes en su lugar!”
Después de esto, deberías usar otro truco y decir: "Pero no estoy seguro de si podrás manejarlo la próxima vez... Entonces lo descubriremos".