No todos los padres logran dedicar suficiente tiempo a sus hijos.
La razón es simple: necesitas ganar dinero, lo que significa que necesitas trabajar.
En muchos casos, las actividades profesionales consumen demasiado tiempo debido a reuniones de negocios, viajes y responsabilidades adicionales.
A veces se llega al punto en que una persona no puede comunicarse normalmente con su hijo o hija durante días o incluso semanas.
En tal situación, existe un alto riesgo de que un padre ocupado simplemente deje de participar en la crianza del niño y, en última instancia, pierda la conexión emocional con él.
Para evitar esto, no es necesario que deje su trabajo. Todo lo que tienes que hacer es seguir la regla de los 30 minutos.
Todos los días necesita encontrar al menos media hora para comunicarse con su hijo.
Puedes jugar con él, ayudarlo con los deberes o salir a caminar.
A veces una conversación sencilla pero sincera es suficiente.
Si la duración de la comunicación diaria con el niño es de al menos 30 minutos, el bebé comenzará a sentir la presencia de sus padres.
La conexión emocional entre mamá o papá y su hijo o hija no se verá interrumpida. La familia seguirá siendo fuerte.