Si un niño de repente comienza a ser grosero con sus padres, entonces mamá y papá deben tener cuidado.
No se apresure a responder a la mala educación con mala educación. Primero debes descubrir las razones del feo comportamiento de un niño o una niña.
Quizás el niño se enfrenta a algún tipo de problema, pero tiene miedo de contárselo a sus padres, pero en cambio “se derrumba” con ellos.
En tal situación, la madre y el padre deben cumplir tres reglas.
Es poco probable que los padres logren algo respondiendo con mala educación. Lo más probable es que la situación empeore.
El niño se volverá más retraído y grosero.
Los padres deben averiguar por qué el bebé empezó a comportarse de manera extraña.
Si con calma le hace preguntas capciosas a su hijo o hija, es posible que el niño se calme y le cuente todo con sinceridad.
Quizás el niño o la niña estén siendo acosados en la escuela. O ocurrió algún otro problema.
Si la mala educación por parte de un niño se ha convertido en un fenómeno sistemático y definitivamente no es una reacción defensiva, entonces los padres deberían introducir un sistema de recompensas por el comportamiento cortés.
Por ejemplo, por cada ayuda o agradecimiento: un caramelo o algo de dinero para gastos de bolsillo.
Otra mala educación es negarse a proporcionar dulces o billetes. Pero la mala educación de represalia no conducirá a nada bueno.