No todos los padres pueden presumir de tener una autoridad incondicional ante los ojos del niño: se necesita mucho tiempo para lograrlo.
Algunos creen que se puede “asustar” a los niños con métodos de crianza autoritarios o sobornarlos con regalos.
Sin embargo, esto no puede llamarse respeto incondicional.
La mayor decepción del niño es que las personas más cercanas a las que respeta y ama lo engañaron.
Por lo tanto, siempre debes ser honesto. Si no puedes decir la verdad en una situación determinada, es mejor evitar responder que mentir.
Los niños se sienten mucho más confiables si entienden que mamá y papá siempre los protegerán y estarán de su lado. Por lo tanto, en conflictos con extraños, no se deben sacar conclusiones apresuradas.
Trate de defender los intereses de su hijo.
Los expertos señalan que la familia debe tener reglas y prohibiciones claras que no puedan violarse. Si los niños notan que no retrocedes en tu posición, te respetarán más.
A veces es extremadamente difícil aprender a rechazar a sus amados hijos, pero esta es una habilidad importante y necesaria.
No todos los padres se dan cuenta de que los niños admirarán más a mamá y a papá si están orgullosos de ellos. Por eso, es importante convertirse en la mejor versión de uno mismo.
Cuida tu discurso, luce pulcro incluso en casa, compórtate con dignidad en sociedad.
No hay que exigir respeto de forma unilateral: el niño debe sentir que él también es importante y valioso. Si tratas a los niños con respeto, ellos también te considerarán una persona autorizada.