Algunos creen que padres e hijos automáticamente forman un vínculo estrecho, lo que les ayuda a encontrar siempre un lenguaje común.
Pero esto no es del todo correcto.
Los niños pequeños realmente se acercan a sus padres y escuchan literalmente cada palabra. Pero con los chicos mayores, pueden surgir ciertas dificultades en la comunicación.
A veces a los adultos les resulta difícil valorar la importancia de un tema para un niño, por lo que no tratan la conversación con la debida atención.
Los niños pueden sentirse ofendidos por esto.
El niño cree que los adultos no están interesados en sus problemas y experiencias. Por tanto, trate de estar más atento a los niños.
Se puede entender a los adultos: ellos realmente entienden mejor la vida, por eso intentan mostrarle al niño el camino correcto desde su punto de vista.
Sin embargo, con este enfoque los niños sólo ven que su opinión no importa. Por eso, con el tiempo, se alejan de sus padres, afirman los expertos .
A veces la pubertad puede ser muy difícil. Muchas familias pierden el entendimiento mutuo. Es extremadamente importante que los padres “tengan en cuenta” a sus hijos, conociendo las características de su edad.
A veces ayuda leer literatura especializada sobre psicología adolescente. A veces es posible buscar el consejo de especialistas que le ayudarán a restablecer el entendimiento mutuo en la familia.