Al comunicarse con un niño, los padres suelen pronunciar frases duras y completamente innecesarias que pueden afectar negativamente la psique del niño.
Algunas palabras pueden alterar demasiado a un niño y provocarle complejos.
Por eso las madres y los padres deben seleccionar cuidadosamente las frases a la hora de hablar con su hijo.
Si los padres quieren que su hijo crezca y se convierta en una persona segura y exitosa, no debe decir las siguientes palabras:
El hijo debe comprender por sí mismo que necesita acudir en ayuda de su madre si surge tal necesidad.
No tiene sentido decirle constantemente al niño que tiene ese "deber".
Es posible que el niño se tome esto demasiado en serio y luego comience a preocuparse porque no siempre puede ayudar a su madre en todo.
Una madre bajo ninguna circunstancia debe mostrarle a su hijo que no le gustan algunos de los rasgos del "padre" en el niño.
El bebé puede llegar a la conclusión de que los padres, en cierto sentido, “no lo aceptan” tal como es. Esto no conducirá a nada bueno.
Los niños también tienen derecho a mostrar emociones, especialmente si ha ocurrido algún evento emocionante.
Prohibir las “lágrimas” por un hijo no es la mejor solución. El niño comenzará a guardar sus sentimientos para sí mismo. Quizás se vuelva reservado y silencioso.
No hay necesidad de llamar "torpe" al niño. Además, si no logró realizar alguna acción compleja.
Es recomendable que el niño comprenda: cometer errores es normal, todo se puede aprender, muchas cosas se pueden corregir.
Si le dices a tu hijo que no sabe hacer nada, el bebé dejará de mostrar actividad y curiosidad.
Por supuesto, si un niño claramente no piensa en la seguridad mientras juega en el patio de recreo, es necesario detenerlo urgentemente.
Pero si la acción es inofensiva y es poco probable que provoque lesiones, no hay necesidad de asustar a su hijo. De lo contrario, el bebé tendrá miedo de todo.