Muchos representantes de la generación mayor señalan que la sociedad se está volviendo más egoísta y centrada en su propio bienestar.
Si una persona actúa con nobleza y desinteresadamente, esto es bastante sorprendente, ya que tales acciones son cada vez menos comunes.
Sin embargo, la sociedad no puede volverse egoísta por sí sola: todos estos son resultados de la educación.
Muchos adultos muestran una extraña frialdad hacia los niños. Pero el contacto cercano, la calidez y la conexión emocional son extremadamente importantes para un niño.
Si los padres no satisfacen esta necesidad, los niños comienzan a concentrarse exclusivamente en sí mismos.
Los expertos recomiendan que los adultos estén más atentos a sus hijos.
Si un niño se ofende a menudo, pero no puede defenderse y nadie acude al rescate, entonces es extremadamente difícil no crecer como egoísta.
Por lo tanto, es importante garantizar que los niños tengan las conexiones sociales adecuadas.
Si nota que el niño se ofende con frecuencia, es mejor intervenir en la situación.
No debemos olvidar que prestar demasiada atención a la salud psicológica del niño tampoco produce el mejor efecto.
Si les enseña a los niños a pensar que sólo sus sentimientos y su comodidad son importantes, les resultará difícil pasar a la empatía.
Por ello, intenta desarrollar la personalidad de los niños de forma integral.