Muchos padres elogian a sus hijos muy a menudo.
La palabra “bien hecho” se escucha constantemente dirigida a los niños. Y por cualquier motivo, incluso el más insignificante.
Parecería que es necesario elogiar al niño para que no pierda la motivación. Además, los elogios permiten llamar la atención sobre una buena acción y la acción correcta por parte del bebé.
Todo esto es verdad. Sin embargo, los padres no deben exagerar con el uso de la palabra "bien hecho" en su discurso.
Si una mamá o un papá elogian constantemente a su hijo o hija, será mucho más difícil que el niño se forme sus propios juicios.
En su comportamiento, el bebé no se guiará por circunstancias concretas, sino por la opinión de sus padres.
Al hacer algo, el niño comenzará a pensar en cómo los adultos percibirán su acción.
Es posible que un niño o una niña dude de sí mismo y necesite la aprobación constante de los demás.
Si los padres quieren que sus hijos sean más independientes, deben abandonar el hábito de utilizar constantemente la palabra "bien hecho".