Los nervios nerviosos, la irritabilidad y el estrés obligan a los adultos a hablar con los niños en voz alta.
Pero al deshacerse de las emociones, debe recordar que el componente educativo en tal situación llega a un callejón sin salida.
Los expertos han nombrado las 5 razones principales para dejar de regañar a los niños.
Sólo a la edad de 4-5 años los niños comienzan a comprender su línea de pensamientos, acciones y acciones. Por lo tanto, en años anteriores ni siquiera será posible gritarles.
Sabiendo que los padres pelearán, el niño nunca admitirá lo que ha hecho.
Pero si miras la situación de manera positiva, el niño lo contará todo honestamente. Es decir, la cuestión es la ausencia o presencia de confianza.
A los escolares no se les debe regañar en absoluto. Los científicos han demostrado que los escándalos frecuentes sólo reducen el rendimiento académico.
Es decir, después de haber regañado a un niño por sus malas notas y castigarlo privándolo de un paseo u otros placeres, prepárese para que pronto aparezca otra mala nota.
Por lo tanto, es necesario ayudar a los escolares a mejorar, no regañarlos.
Al igual que los adultos, los niños también pueden comer estrés, lo que en los círculos científicos se denomina “comer emocionalmente”. De ahí los problemas de peso, los complejos y toda una cadena de problemas.
Niños y adultos, por falta de experiencia y conocimientos, tienen opiniones diferentes sobre una misma situación. Un adulto puede prever, advertir, evitar.
El niño todavía tiene que dominar estas habilidades.