En la capital bielorrusa, una colegiala de 15 años se convirtió en acusada en un caso penal debido a un gran resentimiento.
Quería dañar a la persona que le había causado problemas mentales, pero eligió un método que distaba mucho de ser inofensivo.
Como informa el servicio de prensa de la policía de Minsk en su canal oficial de Telegram, la niña “minó” uno de los centros comerciales de la ciudad en nombre de su abusador.
El día anterior, la joven tuvo un conflicto con un chico al que sólo conocía a través de correspondencia en Internet.
El joven, queriendo intimidar a su interlocutor, amenazó con “minar” el centro comercial en su nombre.
La colegiala enojada se adelantó a la curva: decidió cometer el mismo crimen. Pero no con palabras, sino con hechos.
Solicité ayuda a un ciudadano en el extranjero. A cambio de una suma simbólica aceptó llamar a uno de los departamentos bielorrusos en nombre del agresor de la colegiala y denunciar una bomba.
Tras recibir el dinero, entregó al cliente una grabación de audio de confirmación, señalaron en el servicio de prensa.
La historia terminó con la apertura de una causa penal contra un residente de Minsk de 15 años por haber informado deliberadamente sobre un peligro cometido por un grupo de personas.