Los alimentos para mascotas se diferencian no sólo por los nombres y las marcas del fabricante, sino también por su composición.
Los dueños de mascotas deben saber y recordar que los perros y los gatos tienen dietas diferentes y que cada animal necesita su propia comida única.
Según los expertos, si un perro come comida para gatos una o dos veces, no pasará nada terrible.
Pero de forma continua, dicha nutrición puede tener consecuencias desagradables.
1. La comida para gatos contiene entre 1,5 y 2 veces más proteínas que la comida para perros. Si le das de comer constantemente a tu perro, no se pueden evitar los problemas hepáticos.
2. Un gato no necesita especialmente verduras, mientras que la dieta de un perro incluye vegetación.
3. Los gatos también necesitan más vitaminas A y E, fósforo, yodo y, principalmente, taurina. En los perros, esta dieta provoca hipervitaminosis, problemas cardíacos y gastrointestinales.
4. Los piensos también difieren en el contenido de sodio y potasio. Los perros necesitan más de estos elementos, lo que a su vez puede provocar alteraciones en los órganos internos.
5. Debido a la diferencia en la cantidad de grasas, proteínas y carbohidratos, la función hepática vuelve a verse alterada.
Además de los problemas con la digestión, la salud del corazón y otros órganos y sistemas, la comida para gatos puede provocar que el perro tenga un olor desagradable en la boca, que se deteriore el estado del pelaje, que la visión y que el animal se vuelva menos activo.