¿Tu amigo de cuatro patas siempre estuvo tranquilo y obediente, pero de repente comenzó a mostrar un comportamiento agresivo?
Por supuesto, esta señal no se puede ignorar.
La primera recomendación: no te ofendas con tu mascota y no la castigues. ¡El perro no podía volverse malvado “así como así”!
Debe haber una razón por la cual el perro cambió repentinamente su comportamiento.
Es posible que el animal necesite ayuda seria.
¿Tu perro reacciona negativamente cuando te acercas a él y tratas de acariciarlo?
Esto sugiere que su mascota tiene miedo de algo o está tratando de evitar algo.
Lo más probable es que el animal no quiera volver a experimentar sensaciones dolorosas.
Es posible que estés tocando un punto dolorido, lo que explica la agresión de tu amigo de cuatro patas.
En otras palabras, el problema es este: al perro le duele cuando lo tocas. En este caso la agresión no es más que una reacción defensiva por parte del animal.
¿Qué hacer en tal situación? La respuesta es simple: debes mostrarle tu mascota a un veterinario.
El especialista averiguará si el perro ha sufrido alguna lesión o ha enfermado y le prescribirá un tratamiento.