La reacción de un perro al reencontrarse con su amado dueño no siempre se puede predecir.
Algunas mascotas literalmente se vuelven locas al ver a su ser querido.
Corren en círculos, ladran fuerte, saltan o, por el contrario, se tumban boca arriba y se retuercen de alegría.
A veces tus mascotas no pueden esperar para colmarte de besos, o mejor dicho, para lamerte la cara con ganas.
En tal situación, no queda más remedio que mantener la calma y esperar hasta que la tormenta de emociones amaine.
Pero hay otros animales: ni siquiera levantan la cabeza de la almohada en la que dormitan, al oír que el dueño ha cruzado el umbral del apartamento.
Este comportamiento no puede evitar hacerte pensar que tu mascota no estaba realmente aburrida mientras estabas fuera.
¿O tal vez no te ama en absoluto?
Por supuesto que no: si un perro no mueve la cola después de una separación corta (o larga), esto no significa en absoluto que no tenga sentimientos cálidos hacia ti.
La razón de tan fingida indiferencia puede estar oculta en el carácter de la mascota.
Además, algunas mascotas se acostumbran a la separación con el tiempo. Saben que no necesitan hacer un espectáculo para conseguir los abrazos que quieren.
Además, a menudo los animales no sólo no tienen prisa por encontrarse con sus dueños, sino que se esconden de ellos. Es una especie de juego: el perro probablemente quiere ser descubierto. Así que, tan pronto como entres a casa, ve rápidamente en busca de tu amigo de cuatro patas para darle algo de atención.