La pregunta de por qué muchos gatos evitan el agua tiene que ver con su evolución, fisiología y experiencia individual.
Aquí están las principales razones.
Origen de la especie: Los gatos domésticos descienden de los gatos salvajes africanos (Felis silvestris lybica) que vivían en regiones áridas. No estaban expuestos al agua muy a menudo, por lo que nadar no era algo natural para ellos.
Instintos: El agua está asociada con el peligro (por ejemplo, depredadores que pueden estar acechando en cuerpos de agua). Además, el pelaje húmedo ralentiza el movimiento, lo cual es fundamental para la supervivencia en la naturaleza.
Pelaje: El pelaje del gato tarda mucho tiempo en secarse. El pelaje húmedo se vuelve pesado, altera la termorregulación y provoca malestar.
Sensibilidad a los olores: el agua puede eliminar el olor natural de un gato, que es importante para marcar territorio y comunicarse con otros gatos.
Audición y sentidos: El sonido del agua (como el agua corriendo del grifo) puede irritar su sensible audición.
Si el gato fue bañado a la fuerza, rociado con agua o atrapado bajo la lluvia, esto podría reforzar el miedo. Estas situaciones se perciben como estresantes y amenazantes.
Raza: Algunos gatos (por ejemplo, el Van turco, el Bengala, el Maine Coon) son genéticamente más propensos a interactuar con el agua. El Van Turco incluso recibió el apodo de "gato nadador".
Personalidad: Los gatos curiosos pueden jugar con agua que gotea o tocar un recipiente con la pata, pero eso no significa que estén listos para sumergirse en una bañera.
Los gatos pueden estar interesados en el agua corriente (como la del grifo) porque instintivamente prefieren el agua corriente fresca al agua estancada.
Algunas personas están acostumbradas al agua desde la infancia y no tienen miedo de nadar, especialmente si lo asocian con el juego o el refuerzo positivo.
¿Qué hacer si un gato tiene miedo al agua?