Existe una opinión común entre los amantes de las mascotas: los perros se apegan a sus dueños, pero los gatos no.
Pero en realidad no es tan sencillo.
Sí, al principio las mascotas que maúllan pueden parecer demasiado flemáticas, indiferentes y egoístas.
Sin embargo, con el paso de los años queda claro que la devoción por los gatos es un fenómeno real.
Un ronroneo, como un perro, bien puede apegarse a una persona, amarla de verdad y volverse muy "sociable".
Hay tres razas de gatos que más se caracterizan por la devoción canina.
Los representantes de esta raza aman el cariño y la atención.
A estos peludos les gusta que los miren y jueguen con ellos.
Y el gato siamés suele seguir los pasos de su dueño.
Sin duda, Purr se convertirá en un miembro de pleno derecho de la familia.
Estos peludos se caracterizan por la amabilidad y la curiosidad.
Son muy cariñosos y se vinculan instantáneamente con sus dueños.
A los gatos abisinios les encantan los juegos. No se esconden de la gente y establecen contacto sin problemas.
Lealtad y amabilidad: estas son las palabras que primero nos vienen a la mente al describir esta raza.
El gato siberiano definitivamente se hará amigo de su dueño y le mostrará afecto constantemente.