Incluso las órdenes más simples requieren paciencia y tiempo para enseñarle a su perro. Los perros pueden ser tercos, distraídos e incluso agresivos.
Para que las cosas vayan más rápido, el propietario debe eliminar los errores.
Primero, debes entender que los comandos "fu" y "no" son dos comandos diferentes.
El primero debería detener al perro o prohibirle que haga algo específico en ese momento.
La segunda orden se utiliza cuando la acción del perro no debe repetirse en el futuro.
En segundo lugar, eliminar la agresión.
Puedes acompañar el comando de voz con un tirón de la correa, sujetando el collar, entonación u otros movimientos de la mano.
La violencia y la intimidación llevarán el proceso a un callejón sin salida y el dueño no obtendrá nada del perro.
En tercer lugar, el entrenamiento debe ser realizado, si no por un especialista, por una persona que el perro considere autorizada.
Es decir, la conexión entre mascota y dueño debe ser lo más fuerte posible.
Cuarto, no repita las órdenes aprendidas sin animar al perro.
Si la mascota no ve comentarios, pronto perderá todo interés en entrenar y hacer lo que puede hacer.