A veces, una criatura tan linda como un gato se convierte en un verdadero monstruo. Descarado, enojado, agresivo.
¿Qué deberías hacer si tu mascota peluda de repente se enfureciera indescriptiblemente y estuviera lista para atacar a su dueño?
Hay formas que ayudarán a neutralizar la agresión del perro con cola o, al menos, reducir significativamente su nivel.
Haz el mayor ruido posible para distraer al animal. Si funciona, y el gato cede a su curiosidad natural, es decir, se distrae para saber qué está pasando, entonces su nivel de agresión disminuirá.
Puedes hacer ese ruido aplaudiendo, golpeando dos objetos, tocando una campana, etc.
Importante. Antes de hacer ruido, asegúrate de que tu gato tenga una vía de escape en caso de que quiera escapar.
Si el animal se siente atrapado, puede volverse aún más agresivo.
Si ves que el gato está a punto de atacarte, procura tu propia protección.
Coloca las cosas que están disponibles actualmente (bolso, chaqueta, mochila, etc.) frente a ti.
De esta manera al menos de alguna manera te atrincherarás, te protegerás del malvado cuadrúpedo.
Protege tu cara y cuello. Es mejor alejarse del gato a una distancia segura lo más rápido posible.
Sin embargo, el animal suele perseguirlo. Por tanto, la mejor opción sería hacer que tu retirada sea invisible para el agresor, es decir, debes desviar su atención.
Si es posible, agarre al gato y sosténgalo por el cogote (piel suelta del cuello). De esta manera obtienes control sobre él.
Si hay algo cerca en lo que puedas envolver al animal (suéter, toalla, manta), tíralo encima.
Nunca intentes calmar a tu gato acariciándolo.
En este caso, las posibilidades de que el animal te muerda y te rasque aumentan significativamente.
El hecho es que un gato beligerante puede percibir tu acercamiento como una amenaza.
Pero incluso si logras acercarte, acariciarlo se considerará aún más como una mala intención de tu parte.