El comportamiento de los gatos domésticos a menudo desconcierta a los dueños con manifestaciones inusuales de instintos antiguos.
La costumbre de enterrar la comida es uno de los ejemplos más interesantes de la herencia de los ancestros salvajes, que se conserva en las mascotas domésticas hasta el día de hoy.
El deseo de esconder los restos de comida es inherente a nivel genético.
Los gatos salvajes entierran a sus presas para ocultar la evidencia de su presencia a otros depredadores y preservar los alimentos para su consumo posterior.
Las mascotas han conservado este instinto a pesar de alimentarlas con regularidad.
Enterrar alimentos está asociado con las marcas territoriales. Los gatos intentan enmascarar el olor de la comida, lo que puede atraer a extraños a su territorio.
El instinto de proteger su espacio sigue siendo fuerte incluso en las mascotas que viven en condiciones seguras.
Los intentos de enterrar los alimentos pueden indicar insatisfacción con la calidad de los mismos.
La mascota expresa así su actitud ante la comida que se le ofrece. Es importante prestar atención a las preferencias del animal y a posibles problemas nutricionales.
Los gatos en edificios de apartamentos suelen exhibir este comportamiento debido a la presencia de otros animales.
El deseo de ocultar alimentos aumenta con la competencia por los recursos. El animal intenta proteger sus reservas de posibles competidores.
Las situaciones estresantes pueden aumentar el comportamiento instintivo. Las mudanzas, los nuevos miembros de la familia y las renovaciones hacen que la mascota se sienta insegura.
Enterrar la comida se convierte en una forma de afrontar la ansiedad.
Los dueños deben estar tranquilos ante este comportamiento de su mascota. Intentar alejar a tu gato de su instinto natural puede resultar estresante.
Una solución razonable sería organizar la alimentación teniendo en cuenta el comportamiento del animal.
Comer regularmente según un horario ayuda a reducir la manifestación del instinto.
Las porciones deben corresponder a las necesidades del animal. La ausencia de exceso de comida reduce la necesidad de ocultarla.