Los gatos no estornudan con tanta frecuencia como las personas. Esto se debe principalmente a la reacción del animal al polvo o a las alergias.
A los gatos que estornudan generalmente se les presta poca atención, pero solo hasta que la mascota comienza a estornudar con regularidad.
Averigüemos en qué casos un animal puede necesitar la ayuda de un veterinario y qué podría provocar el estornudo de un gato.
En primer lugar, puede producirse una reacción a los productos químicos domésticos que utiliza el ama de casa al limpiar, al uso de aceites aromáticos en la casa o a las especias en la cocina.
En segundo lugar, la arena del arenero del gato puede tener un olor muy persistente.
En tercer lugar, si la casa rara vez se limpia en húmedo, el polvo acumulado también puede provocar que la mascota estornude.
Todos estos casos pueden considerarse inofensivos. La causa se puede eliminar fácilmente y no es necesario llevar al animal a examinar.
Tendrás que pedir cita con un veterinario si has eliminado la causa, pero el animal sigue estornudando.
En tales casos, se puede sospechar de una enfermedad infecciosa, una reacción a toxinas, alergias e incluso oncología.
Síntomas como secreción de ojos y nariz, respiración pesada y ronca, disminución del apetito y otras desviaciones del comportamiento habitual de la mascota deberían alertarlo.
La causa puede ser un resfriado común o una enfermedad más grave, que sólo puede ser diagnosticada por un especialista cualificado.